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“Yo les quitaba el burka y las ponía de cuatro patas mirando a São Paulo”, tuiteaba un forofo del deporte hace una semana, en referencia a la imagen que se hizo viral de las dos jugadoras de voleibol en un partido de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que llamó la atención de los seguidores por el contraste en la vestimenta. La jugadora alemana, Kira Walkenhorst, llevaba un top y una calceta, mientras que la del equipo egipcio, Doaa Elghobashy, traía unas mallas, una camiseta larga y un velo que le tapaba la cabeza. Este es sólo un tuit de entre muchos otros que se hicieron, la mayoría, criticando que la deportista egipcia tuviera que ir vestida así para jugar un partido de voleibol a la playa. En un artículo publicado al diario El español, la periodista Patricia Morales escribió: “En todas las publicaciones que he visto a Twitter que criticaban la diferencia entre una jugadora y la otra nadie ha hecho referencia a la jugada […]. El que hace enfadar el público que nunca ha visto un partido de voleibol de playa es ver alguien tapado hasta la cabeza que no enseña el culo porque puedan deleitarse”. La periodista también alegaba que, en cambio, no se hubiera hecho ninguna crítica a la jugadora de esgrima de los Estados Unidos, que también compite a los juegos de este año con el jihab, Ibtihaj Muhammad, que ha declarado estar muy orgullosa de traer velo, puesto que es una manera de reivindicar su cultura.

La periodista y codirectora del máster de género y comunicación de la UAB, Isabel Muntané, considera que esta actitud es una forma de infantilizar las mujeres. “Se trata la mujer dando por hecho que está sometida a hacer aquello que le dicen y que no tiene capacidad de decisión. Alguien los ha preguntado a estas mujeres si iban vestidas así porque querían?”, dice Muntané. La jugadora de voleibol profesional Patricia Llabrés, que actualmente juega al equipo del Haro La Rioja Voley, de la Superliga española, afirma que por ella no es ningún problema tener que vestir con shorts y top. “Si encontramos que un año el equipo de ropa que nos dan no es cómodo para jugar, nos quejamos -explica-. El voleibol de playa siempre ha sido un deporte muy #ver porque las chicas iban con calceta, por eso debe de haber impactado ver alguien tapado. Pero cada país puede vestir como quiera. En el Brasil, por ejemplo, traen una calceta más pequeña”. La jugadora explica que está totalmente permitido jugar con jihab y que hay marcas, como Hammer, que fabrican velos especiales para competir para las jugadoras que lo quieran utilizar.

El velo causa polémica en el mundo de los deportes desde hace años, puesto que cada vez hay más deportistas mujeres provenientes de países musulmanes -antes era un mundo reservado sólo a los hombres-. Fue el caso, por ejemplo, de la judoka Wojdan Shaherkani, en 2012 en Londres, una de las primeras mujeres saudíes que participaba en los Juegos. A pesar de que finalmente consiguió poder competir con un jihab especial, de entrada la Federación de Yudo no lo permitía. Las normas de vestimenta varían según el deporte. En el caso del fútbol, por ejemplo, la FIFA permitió jugar con velo el 2012, pero años atrás lo había prohibido. En cambio, en otros deportes como el rugby o el taekwondo ya hace más tiempo que está permitido.


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